El 60% del territorio peruano está cubierto por bosques. De esa área más del 50% corresponde a bosque amazónico de selva baja. Muchos científicos describen a la Amazonía como el corazón del planeta, pues este inmenso bosque aporta gigantescas cantidades de agua bombeándola desde el subsuelo. ¿Cómo así? Los árboles transportan agua desde sus raíces hasta sus hojas y, en ellas, se evapotranspira a la atmósfera. A esta humedad emitida por los árboles le llaman los “ríos voladores”, corrientes de agua que los árboles lanzan a la atmósfera llevando lluvias a Brasil y regiones de países vecinos como Bolivia, Paraguay, Argentina. Este aporte de agua a la atmósfera equivale a 20 millones de toneladas de agua al día, ¡más de lo que vierte el rio Amazonas al Atlántico diariamente! El bosque amazónico nos provee una gran variedad de servicios ambientales, siendo la Amazonía una máquina perfecta que regula el clima de todo el planeta. Además de su papel como regulador climático, la Amazonía es una inagotable fuente de biodiversidad. Se estima que alberga más de 5 millones de especies de fauna, de las cuales apenas hemos comenzado a descubrir una pequeña fracción. En una sola hectárea de bosque amazónico, encontramos más variedades de árboles que en toda Europa y Norteamérica juntas, y un solo árbol puede servir de hogar a más de 5,000 especies de insectos.